Lo que hubiera habido
En el patio de pascuas habrían las azucenas sus estados cuitos
Y en el abejorro de tonos
en crepúsculo y centenos
abrojos para impedir que se fuese el turno de tu infancia
En el goteo del ducto desde donde la ardiente
sedienta llama del agua
cubre la magnífica duda de la terca terredad
y el salobre perdón de la hierba erguida
que desdena su aspecto
ante las flores amarillas
que pondría
una minga de sal
Sería de tarde bien cruda en su bondad
donde esa arboladura de rastro
iniciara la conversación de verte en el ducado conversando con la Duquesa y en ella
En el viento volanda el tul encajado de diminutas flores desde donde el sombrero
de canutillos verdes y malaquitas ambarinas
hacían mirar por encima del hombro de la dama para ver
como tuerce el camino hacia la fronda y la fronda
En todas las palabras…
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